domingo, 7 de julio de 2024

EL FIN DEL AUTO STOP

 Desde los 14 años el Auto stop o "hacer dedo"  fue naturalizado por mí como un medio de transporte eficaz, emocionante y gratis.

Desde que era una adolescente rebelde , cuasi hippie, hasta madre y señora  sin paciencia para esperar.

He recorrido muchos kilómetros usando ese medio, pero muchos menos de los que quisiera. Siempre guiada por la intuición y creyéndome conocedora de la ruta y de quienes levantan el brazo estirando su pulgar..

Ya cómo conductora he utilizado las mismas medidas de seguridad que cuando yo era la que esperaba y rogaba por un aventon.

Una fría noche de invierno, sola en mí auto visualizo a una mujer como de mí edad levantando la mano mientras en mí auto me acercaba de frente .

Casi sin dudarlo, el recuerdo de aquellas noches en el pueblo esperando el colectivo que no llegaba, o simplemente ansiosa por el paso del tiempo de espera, frené.

Cuando la puerta se abrió me di cuenta: era un travesti. Lo cual no hubiese sido un problema si una luz de alarma instantánea no se hubiese en mí . 

Siguiendo mí intuición muy amablemente le ofrecí el viaje, 25 kilómetros.

Cuando se acomodó en el asiento le pedí que se ponga el cinturón, ella sin problema lo hizo. 

Pero mí intuición tardía me puso en un estado de alerta que al recordarlo acelera mis latidos. 

A los pocos metros comenzó a revisar su cartera, por mí parte solo podía pensar que iba a sacar un arma para amenazarme para  que yo le entregara mis pertenencias.

En realidad buscaba su celular, pero yo sabía que algo rato cargaba. Si bien y por suerte no era algo material, mi inquietud y desconfianza crecían a medida que avanzábamos . 

Aceleré sin dudarlo por la ruta casi vacía mientras intentaba parecer tranquila y entablar una conversación amena que lo demostrara.

Luego de preguntar sobre mí trabajo lanzó el primer delirio, dijo ser guardiana. Al principio si bien extraño no fue tan descabellado, pero al continuar su explicación pasó por temas de espionaje, decisiones mundiales, Tinelli hasta declararse un robot en el cuerpo de un travesti que cumplía una misión.

Listo. El viaje fue corto pero para mí eterno. 

No me robó ni me amenazó, solo me vaticinó que escribiría sobre ella y que pronto iba a vender mí auto . Que ella sabía a quién pero no podía decirlo . 

Cuando se bajó del auto un impregnante olor a cigarrillo quedó flotando en el aire, temblé y lloré hasta llegar a mí casa. Lloré por miedo a lo que pudo pasar, por ser tan confiada , por no hacerle caso a mí madre y a mí hija que tantas veces me pidieron que no lleve a extraños y porque si algo me pasaba nadie se enteraría de inmediato. Esto último no viene al caso, pero ya que estaba lo incluí en la crisis de llanto.

Hoy que relato el momento agradezco a todas las personas que de buena fe confiaron en mí y me dieron un aventon . Creo que ya devolví los favores. Hasta acá llegó el Auto stop en mí historia.

Fin 




1 comentario:

  1. Noooo!!! Por favor, solo a vos te puede pasar estas cosas! 😅 no se si reír o preocuparme 😂

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